Fiesta Patronal San José Obrero: Caminando juntos con su Santo

El carpintero justo y silencioso que acompañó con ternura y firmeza a Jesús y a María. Una celebración profundamente espiritual, cercana y viva, que reunió a nuestra parroquia desde muy temprano con el deseo común de agradecer, consagrarse y caminar de la mano del humilde custodio de la Sagrada Familia.
Eucaristía Solemne de 7:00 am.
La jornada inició con la Eucaristía Solemne a las 7:00 am., presidida por nuestro párroco Josué Caldas. Fue un momento de gratitud y oración por todas las personas trabajadoras de nuestra comunidad y nuestro país. En el altar se elevó la acción de gracias por quienes cada día, con esfuerzo y sencillez, construyen el Reino de Dios en lo cotidiano.
Procesión desde la Av 1 de Mayo con 12D a las 11:15 am.
A las 11:15 am., desde la Carrera 12D con Avenida Primera de Mayo (una coincidencia providencial en nombre y fecha) partió la procesión con la imagen de San José. Durante el recorrido, se rezó con devoción el Rosario a San José, acompañando con cantos, letanías y súplicas el caminar de nuestro patrono hacia el templo.
Uno de los momentos más significativos fue la calle de honor que hicieron los fieles que se consagraron a San José. En oración, acompañaban la procesión. Al llegar al templo parroquial, se hizo el ingreso en procesión, concluyendo el Rosario con su oración final.
Eucaristía Solemne con Monseñor Alejandro Díaz 12:00 pm.
La celebración culminó con la Eucaristía presidida por Monseñor Alejandro Díaz, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bogotá. En su homilía, nos habló con fuerza y ternura sobre la figura de San José, resaltando su silencio fecundo, su obediencia confiada y su ejemplo de fe activa. Nos recordó cuánto lo amó el Papa Francisco, y nos animó a leer la carta apostólica Patris Corde, donde el Papa nos invita a mirar a San José como padre en la ternura, en la obediencia, en la acogida y en la valentía creativa.
Monseñor también acompañó la consagración a San José, donde varios fieles que se prepararon durante 9 semanas, ofrecieron su vida, su trabajo y sus intenciones al cuidado paternal del santo obrero. Fue un gesto que fortaleció el vínculo espiritual de la comunidad con nuestro patrono.
Un día para recordar y seguir caminando
La fiesta de San José Obrero es un verdadero acto de fe comunitaria, una experiencia de Iglesia viva y en salida, donde los niños, jóvenes, adultos y adultos mayores participaron. San José volvió a caminar con su pueblo. Y su pueblo, con él.
Nos deja un llamado: vivir como San José, trabajar con amor, servir con humildad y confiar plenamente en los planes de Dios. Que su ejemplo siga guiando a nuestra comunidad y que, como él, sepamos cuidar, amar y construir.
📖 "Levántate, toma al niño y a su madre..." (Mt 2,13). San José no dudó, obedeció y caminó. Que así lo hagamos nosotros.